Desde el año 2020, cuando el mundo entero sufrió la pandemia del Covid-19, miles de personas se vieron obligadas a modificar su forma de trabajar, apostando por el trabajo en remoto.
El teletrabajo ya era habitual desde la aparición de Internet, pero su aplicación era minoritaria y centrada en determinados sectores o perfiles, como profesionales informáticos.
Hoy en día no deja de crecer su uso, estructurando nuevas formas de trabajo, nuevas formas de comunicación, gestión y desarrollo de proyectos.
Junto a estos campos, centrando el foco en el ámbito de la prevención de riesgos laborales, también se han desarrollado y ampliado nuevos riesgos, sobre todo vinculados al ámbito psicosocial.
El estrés vinculado a las nuevas tecnologías, denominado tecnoestrés, ha crecido de forma alarmante desde el año 2020.
El aumento de acosos vinculados al aumento del uso de herramientas digitales, centrado en el ciber-mobbing, exige que todos estemos preparados.
El síndrome de estar quemado, aplicado al ámbito del trabajo en remoto, burnout digital, también ha sufrido un incremento importante.
Todo esto, supone que debemos formarnos lo máximo posible en estas disciplinas, para tratar de prevenir situaciones de este tipo en las organizaciones en las que trabajamos o con las que colaboramos.
Cualquier persona que desarrolle su actividad vinculada a nuevas tecnologías.
Ser conscientes de los nuevos riesgos laborales centrados en el ámbito psicosocial y el teletrabajo. Solo desde el conocimiento se pueden aplicar medidas preventivas y gestionar lo mejor posible situaciones de tecnoestrés, ciber-mobbing o burnout digital.
No se requieren conocimientos previos.