Quizás no lo sepas, pero la productividad, el rendimiento, la eficiencia o la eficacia son, en gran medida, el resultado de las relaciones interpersonales que tienen lugar en una organización o en un equipo de trabajo. En este sentido, gestionar las relaciones laborales (o de cualquier tipo) con garantías de éxito, implica establecer contratos positivos entre las personas y equilibrar los tres aspectos que mejor definen una relación, que son el vínculo afectivo, el orden o la armonía y, finalmente, la compensación entre lo que se da y lo que se recibe.
Lo cierto es que, para lograr este equilibrio dinámico, las personas deben aprender a regular sus propios estados emocionales. Cuando una persona se hace responsable de sus emociones aflictivas, por ejemplo, la ira, la frustración, la insatisfacción, la soberbia, etc., se capacita para vivir desde sentimientos positivos, por ejemplo, la confianza, la satisfacción, la humildad, la alegría, etc. Entonces, tanto su desempeño, como la contribución al grupo y a la empresa mejoran exponencialmente.
Empresas y organizaciones que apuesten por la excelencia y la felicidad de sus trabajadores. Personas interesadas en mejorar su autoestima y en aprender a gestionar sus relaciones de manera saludable, correcta y positiva.
Capacitar a las personas para mejorar su autoestima y gestionar sus relaciones interpersonales.
No hacen falta requisitos previos