Este curso gira en torno a una idea principal: todos tenemos la capacidad de elegir nuestro estado emocional ante las dificultades del día a día y esta habilidad tiene una relación directa con el bienestar y la calidad de vida. Para ello, es un paso imprescindible mejorar la relación con nuestras propias emociones, sean agradables o desagradables.
Mejorar la relación con nuestras emociones, nuestra manera de interactuar con ellas, nos permite también mejorar la relación con nosotros mismos y con otros, crecer con las dificultades en lugar de sobrevivir a ellas.
Para conseguir este objetivo, el alumnado entrenará de manera práctica diferentes competencias emocionales a la vez que gestiona situaciones cotidianas que le generen dificultad, aprendiendo a atender e integrar las emociones en el momento que aparecen, a utilizar la información emocional para tomar decisiones conscientes y a mantener sus objetivos, más allá de los imprevistos, las emociones desagradables o las decepciones.
Cualquier persona que quiera entrenar su inteligencia emocional para mejorar tanto su calidad de vida como su práctica profesional.
Cualquier profesión que requiera el trabajo directo con personas: docencia, personal sanitario, atención al cliente, recursos humanos, etc.
Mejorar la relación con nuestras emociones para así ser capaces de elegir y regular nuestro estado emocional y nuestro comportamiento ante las dificultades del día a día.
No es necesario tener conocimientos previos en inteligencia emocional para el aprovechamiento del curso.